Con el presidente electo Joe Biden y su nueva administración en transición a la Casa Blanca, nuevas perspectivas estarán manejando las políticas y la legislación. El tema controvertido de inmigración ha vuelto a ser el centro de atención recientemente con una victoria para los inmigrantes jóvenes — además de un suspiro de alivio.
La Acción Diferida para los Llegados en la Infancia, más conocida como el programa DACA por sus siglas en inglés, protege a unos 700,000 “Dreamers” o “soñadores” de la deportación y les da permiso para trabajar legalmente en un período renovable de dos años.
En septiembre de 2017, el gobierno de Trump decidió rescindir el programa con afirmaciones de que el programa era inconstitucional.
He visto los impactos, de primera mano, de la decisión de cortar el programa DACA. A uno de mis amigos más cercanos le faltó un mes de ser elegible para solicitar DACA.
A lo largo de los años, lo he visto luchar por no poder participar en los ritos de iniciación normales que vienen con el crecimiento en este país. Sueña con convertirse en ingeniero mecánico y lo he visto adaptarse y cambiar su camino hacia la educación superior.
No puede obtener una licencia, no puede obtener un trabajo y no puede tener la tranquilidad de que su medio de vida es seguro.
En junio, la Corte Suprema determinó que la administración de Trump no podía terminar el programa porque no brindó “una explicación razonada” para su terminación.
En respuesta, el secretario interino Chad Wolf escribió un memorándum explicando que, a pesar de la decisión, su departamento no aceptaría nuevas solicitudes y que los períodos de renovación sólo se permitirían por un año en lugar de dos.
“Primero, mientras continúa mi reconsideración de la política de DACA, no se deben aceptar nuevas solicitudes iniciales de DACA”, dijo. “En segundo lugar, la libertad condicional avanzada debe otorgarse a los beneficiarios actuales de DACA sólo en circunstancias excepcionales. En tercer lugar, en el futuro, las renovaciones de la acción diferida y la autorización de trabajo adjunta deben otorgarse por períodos de un año en lugar de dos”.
El viernes pasado, el juez Nicholas Garaufis del Tribunal de Distrito de los EE. UU. en Brooklyn ordenó al Departamento de Seguridad Nacional de los EE. UU. que restaure el programa de la era de Obama y comience a aceptar nuevos solicitantes — deshaciendo las acciones descritas en el memorando de Wolf.
Ha sido completamente injusto que estos jóvenes inmigrantes ambiciosos hayan tenido que enfrentar obstáculos adicionales para llevar una vida normal que siempre han conocido: una vida estadounidense.
La decisión del viernes brinda un rayo de esperanza para quienes se han quedado en el limbo. Con una nueva administración entrando a la Casa Blanca, espero que estos jóvenes sean recordados cuando se trata de nuevas políticas y que se haga posible un camino accesible hacia la ciudadanía. Para un Estados Unidos mejor e igual, es esencial.
La pasante de News + Record, Olivia Rojas, es parte del equipo de La Voz de Chatham del periódico. Es estudiante de segundo año en UNC-Chapel Hill y vive en Sanford.